Mujer Tohono-Oodham
Mujer Tohono O’odham (Papago). Fotografía de Edward S. Curtis, c. 1907.

El ser humano ha vivido en esta región del corazón del Desierto Sonorense por más de 13,000 años y existe evidencia de que ya habían pasado por aquí hace más de 30,000 años de acuerdo a Julian Hayden. En el principio, eran nómadas que cazaban, recolectaban, pescaban, utilizaban sal, conchas y obsidiana. Los primeros pobladores vivían en cuevas, en círculos de dormir que consistían en una figura circular formada por piedras y ramas; en chozas de troncos, algunas parcialmente subterráneas. Quebraban piedras para usarlas como herramientas, obsidiana para chuchillos y rocas de basalto para moler, como fueron los metates y “manos”, morteros y molinos giratorios, pero también hoyos en las grandes superficies rocosas donde molían semillas de varios tipos.

Fueron cazadores que venían siguiendo la mega fauna como el mastodonte o mamut, que llegaron de Asia por el estrecho de Bering; expertos en usar la lanza desarrollaron aquí el uso de los arcos, flechas y el atlatl; utilizaban el fuego, pero no desarrollaban aún el uso del metal.

Existe una separación de las culturas en la era antes del uso de la cerámica: los Malpaís, después los San Dieguito y después los Amargosa fase 1 y posteriormente los Amargosa fase 2, éstos últimos ubicados donde actualmente es el desierto de California y Nevada. Investigadores concuerdan que durante esta era tenían mejor clima y mayor acceso a cuerpos de agua dulce. En la zona de El Pinacate, el Río Colorado llegaba en épocas de deshielo hasta lo que actualmente se conoce como la Bahía Adair y el Río Sonoyta rodeaba el cerro de Santa Clara.

‘Mosquito’ Bill from the Cocopah tribe.
‘Mosquito’ Bill from the Cocopah tribe. http://www.cocopah.com/

De hace 9,500 a 1,800 años el clima fue cambiando de tal modo que se dieron grandes transformaciones y desplazamientos en la posición geográfica de plantas. Después nacerían otras culturas prehistóricas llamadas como “Pueblo Ancestral” hacia el norte y al este de esta región árida, donde se utilizó el adobe para construir grandes pueblos; también se les conoce como las culturas Anasazi, Patayan, Hohokam y Mogollón.

Los canales para el riego de cultivos datan de hace 3,200 años. Aunque la agricultura estuvo presente desde mucho antes, existe la certeza de que el contacto con tribus de Mesoamérica tuvo que ver con las técnicas perfeccionadas de cultivo de los “Pueblos ancestrales”. La turquesa, que era valorada por las culturas de Mesoamérica, provenía casi en su totalidad de Arizona y Nuevo México. En Paquimé, durante la cultura Mogollón, se usaba el juego de pelota tan popular en Mesoamérica.

Hace 2,800 años se inició el uso de la cerámica que fue diversificando de acuerdo a las diferentes regiones. Las de los Hohokam eran cerámicas sencillas de tonos rojos y café con algunas variaciones en el decorado. Los Patayan mostraban acabados tipo “Stucco” (escayola) y bordes curvos. Los de Trincheras usaban colores tipo morado y decoraciones policromáticas. Los de Anasazi y Mogollón eran de tonos café y rojo, utilizando patrones con símbolos tradicionales, contando alguna leyenda. Es muy difícil clasificar las culturas basándose en su cerámica, pues comercializaban entre sí, se casaban unos con otros, cambiaban de locación o migraban. Los Hohokam, Anasazi y Mogollón, así como los Tohono O’odham, Hopi, Zuni, Sobaipuris, Pimas y otros de la región tenían una compleja red de lazos culturales y lingüísticos.

Hubo dos acontecimientos que perturbaron el estilo de vida de los habitantes de la región, el primero fue una serie de cambios en los patrones climáticos que se reflejaron en inundaciones y sequías. Entre 1381 y 1384 una gran inundación hizo desaparecer el sistema de irrigación del Río Salado, seguido de diez años de sequía y extrema sequía hasta 1600. El otro acontecimiento que perturbó el estilo de vida de los habitantes de la región del corazón del Desierto de Sonora, fue la llegada en 1540 de los primeros europeos, que introdujeron nuevas tecnologías, nuevos lenguajes, estructura social, cultivos, ganado, cultura y enfermedades. Los colonizadores trataron de distinguir e identificar a la gente que encontraban a su paso. Exploradores, soldados, misioneros y demás juntaron grupos distintos que compartían territorios, lenguajes, características físicas y cultura similar: Pápago de la Arena o Areneños a los de la región de El Pinacate y Cabeza Prieta; Pápagos hacia el este del Río Sonoyta y Organ Pipe a los del Río Colorado, Cucapáh, Pai-Pai y Yuma; Maricopa a los del Río Gila y Pimas a los que estaban más hacia el interior de Sonora. Por varias razones, ni los nombres ni los territorios asignados por los europeos tuvieron base social o geográfica, pues variaban de acuerdo a las familias, líderes, linajes, dialectos o lenguas; sin mencionar que intercambiaban tierras y aunque no era habitual también había batallas y destierros.

Jose Citto, Tohono O'odham (Pápago) en Arizona, c. 1913
Jose Citto, Tohono O’odham (Pápago) en Arizona, c. 1913. (Autor desconocido).

Las lenguas modernas de las culturas de Yuma como los Cucapáh, Quechans, Pai-Pai y otros, son descendientes de la cultura Patayan. Las lenguas modernas Pima, Tohono O’odham, Hia C’ed O’odham, Akimel O’odham, Sobaipuris descienden de la lengua Hohokam.

Después de la guerra entre México y Estados Unidos en 1848, mucho territorio le correspondió a Estados Unidos, entonces muchas tribus fueron forzadas a territorios mucho menores. De esta manera fueron perdiendo acceso a recursos tradicionales y sitios ancestrales y fueron adoptando la economía y cultura de México o Estados Unidos.