Monitoreo de la captura incidental en la pesquería de jaiba verde en el Corredor Biológico Puerto Peñasco a Puerto Lobos, Sonora, México | Estudio de caso sobre cuantificación de la pérdida y el desperdicio de alimentos
Por: CEDO Intercultural.
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ORGANIZATION
El Centro Intercultural de Estudios de Desiertos y Océanos (CEDO) combina visión, liderazgo, conocimientos y experiencia con miras a fomentar comunidades dinámicas y ecosistemas resilientes. La organización lleva 40 años trabajando en el norte del golfo de California, así como en otras ecorregiones, integrando personas, conocimientos y soluciones. En concreto, el CEDO ha estado trabajando con pescadores a pequeña escala y sus comunidades a fin de desarrollar soluciones innovadoras e integrales a los complejos desafíos que enfrenta la región, y participa en la elaboración del Plan de Manejo Integral del Corredor Biológico Pesquero Peñasco-Puerto Lobos, con miras a fortalecer un sistema de gestión de microescala, basado en la comunidad, que aporte soluciones reales a los retos urgentes de la actualidad.
INTRODUCCIÓN
La pesca no intencional, y consecuente muerte, de especies marinas que no son el objetivo de la actividad pesquera se conoce como captura incidental (accesoria o accidental) y es una de las principales amenazas para la biodiversidad marina en todo el mundo.
Además de tener gran impacto en la biodiversidad, los peces no deseados capturados incidentalmente en las operaciones de pesca comercial suelen desecharse, lo que representa la pérdida de una rica fuente de proteína alimentaria.
En México, el CEDO ha puesto en marcha y coordina un proyecto en beneficio de las pesquerías a lo largo del corredor costero que se extiende de Puerto Peñasco a Puerto Lobos, específicamente para mejorar las operaciones de pesca comercial de jaiba verde (Callinectes bellicosus) y lograr prácticas más responsables y sustentables.
Parte del proyecto consiste en monitorear los niveles de captura incidental asociada a la pesca local de jaiba. Entre 2008 y 2011, el CEDO había realizado ya un ejercicio similar y ahora, diez años después, se propone actualizar la información e implementar actividades que permitan conseguir una posible certificación del Consejo para la Gestión Pesquera Sostenible (Marine Stewardship Council, MSC).
¿QUÉ SE MIDIÓ?
Como parte de una serie de proyectos de mejora de las pesquerías en Sonora, México, el Centro Intercultural de Estudios de Desiertos y Océanos (CEDO) llevó a cabo un ejercicio de monitoreo de captura incidental, con el propósito de fomentar prácticas cada vez más responsables y sustentables en la pesca local de jaiba verde (Callinectes bellicosus).
¿CÓMO SE REALIZÓ LA MEDICIÓN?
Las actividades de monitoreo de captura incidental comenzaron en julio de 2020 y se realizaron a lo largo de casi cinco meses (duración de la temporada de pesca comercial de jaiba) en las flotas pesqueras de las zonas Bahía de San Jorge y La Pinta, con el apoyo de dos monitores comunitarios.
Se utilizó un protocolo de monitoreo revisado por el Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA) de México.
¿CUÁLES FUERON LOS RESULTADOS?
Los resultados del análisis mostraron que en las trampas para jaibas se registró una captura de entre 36 y 74 gramos de otras especies por cada kilo de jaiba (proporción entre la captura accesoria y la especie objetivo), lo que, extrapolado, representa un peso total de entre 8.9 y 18.6 toneladas de captura incidental para la temporada 2020 en el sitio de estudio.
MÉTODOS DE MEDICIÓN
El programa de monitoreo de captura incidental en las flotas pesqueras de las zonas Bahía de San Jorge y La Pinta comenzó en julio de 2020, con el apoyo de dos monitores comunitarios y aplicando un protocolo de monitoreo evaluado por el Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA) de México. Además, como guía complementaria a dicho protocolo, se utilizó una metodología previa, desarrollada en 2011, que ayuda a los pescadores a caracterizar y actualizar la información relacionada con la captura incidental en la pesquería, logrando con ello una mejor comprensión del vínculo entre las capturas de jaiba y la fauna accesoria.
El muestreo de la captura incidental se basó en la información recopilada en las respectivas bitácoras pesqueras de las embarcaciones, y difirió ligeramente entre las dos flotas. Ello se debe a que para la embarcación de la zona de pesca de Bahía de San Jorge, en la bitácora se registran las capturas accesorias durante una jornada de pesca cada quince días; en cambio, la embarcación de la flota de La Pinta registra en bitácora varios indicadores diferentes cada día, entre los que se incluyen la especie, el sexo y la madurez de los ejemplares capturados incidentalmente.
Antes de iniciar las actividades de monitoreo, el CEDO identificó a personas clave en las comunidades locales (capitanes y miembros de la tripulación), dispuestas a colaborar con la recopilación de datos para el proyecto. Las personas seleccionadas recibieron capacitación sobre el protocolo de monitoreo a utilizar, así como los materiales necesarios para llevar a cabo el ejercicio (por ejemplo, cuadernos de registro, balanzas, dispositivos GPS, trajes impermeables y botas de goma). Posteriormente, en las instalaciones del CEDO, se capacitó también a los dos monitores contratados, a fin de estandarizar los métodos de recopilación de datos para el proyecto en su conjunto. A cada monitor se le pidió presentar mensualmente un registro de las capturas incidentales observadas en su embarcación asignada.
RESULTADOS
Los datos recabados por los monitores se transcribieron, para su análisis, en una hoja de datos Excel. La temporada 2020 de pesca comercial de jaiba verde comenzó el 1 de julio y terminó el 7 de diciembre en La Pinta y el 19 de noviembre en Bahía de San Jorge. En el cuadro 1 se presentan los datos generales del monitoreo de la captura incidental para ambos sitios o flotas pesqueras, con indicación del número de muestreos y de registros obtenidos por cada monitor comunitario. En el cuadro 2 se reflejan los resultados por cuanto al peso total de las capturas accidentales (con desglose por especie) en las dos flotas monitoreadas: 33.4 kilogramos (kg) en Bahía de San Jorge y 44.3 kg en La Pinta, para un total de alrededor de 77.7 kilogramos.
Los resultados del análisis muestran que por cada kilogramo de jaiba se capturaron en las trampas de 36 a 74 gramos de especies accesorias, lo que corresponde a una razón entre la captura objetivo y la captura accidental de entre 3.67 y 7.48 por ciento por trampa, con una tendencia a la baja a medida que avanzaba la temporada de pesca. El cuadro 3 presenta las capturas (objetivo, incidental y total) registradas durante el periodo de muestreo.
Cuadro 1. Datos generales del monitoreo de la captura incidental para ambos sitios o flotas pesqueras
Cuadro 2. Resultados por cuanto al peso total de las capturas accidentales.
Cuadro 3. Captura objetivo, captura incidental y captura total en las trampas para jaiba durante el ejercicio de monitoreo.
Pescadores de Bahía de San Jorge
Durante toda la temporada se capturaron 93 toneladas de jaiba en La Pinta y 155.9 en Bahía de San Jorge, lo que supone un total de 249 toneladas entre ambas pesquerías. Cabe señalar que, al igual que había ocurrido ya en la temporada 2019, el rendimiento en 2020 fue inusualmente bajo en comparación con los registros históricos de captura de jaiba para la zona, de alrededor de 800 toneladas.
Al inicio de la temporada las actividades pesqueras se realizaron con 15 embarcaciones en La Pinta y 23 en Bahía de San Jorge. El número promedio de trampas por embarcación fue de 132 en La Pinta y 109 en Bahía de San Jorge, observándose en ambos sitios una tendencia decreciente en las capturas de jaiba hacia el final de la temporada.
Extrapolando los datos obtenidos de los muestreos a lo largo del ejercicio de monitoreo es posible estimar que el peso total de la captura incidental en las pesquerías de jaiba en la zona se ubica entre 8.9 y 18.6 toneladas.
Cabe mencionar, sin embargo, que no se cuantificó el peso de los cangrejos ermitaños capturados en el muestreo por considerarse, en su mayor parte, caparazón muerto.
CONCLUSIONES
Si bien ninguna de las especies accesorias identificadas en el muestreo está incluida con alguna categoría de protección en los listados nacionales o internacionales de protección de la fauna —Norma Oficial Mexicana 059 (NOM-059), Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) o Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), por sus siglas en inglés—, lo cierto es que su captura incidental asociada a la pesca de jaiba significa la pérdida enorme de una rica fuente de proteína dietética.
El proyecto ha puesto de relieve el hecho de que la captura incidental en la pesquería de jaiba verde en Sonora, México, continúa siendo un problema. Como resultado, el CEDO ha estado trabajando con los pescadores locales en la mejora de sus trampas para jaiba con el propósito de reducir los niveles de captura accesoria y los consiguientes desperdicios. Se espera que el estudio en curso sobre la eficacia de las trampas logre identificar las medidas necesarias para reducir las capturas accidentales en esta zona y brinde un ejemplo de práctica idónea que pueda adoptarse en pesquerías de jaiba de todo el mundo.
Paralelamente a este proyecto, el CEDO ha estudiado también formas de reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos no sólo en la producción primaria, sino en toda la cadena de suministro de jaiba. En el futuro, el Centro prevé trabajar con las plantas de procesamiento de jaiba en el área, a fin de determinar la cantidad de desechos alimentarios que se producen en sus instalaciones e identificar las medidas a emprender con miras a reducir tales pérdidas y aprovechar los desperdicios generados.